lunes, 24 de junio de 2013

Exposición 6

La evaluación de la F C y E

La medición del impacto de la Formación Cívica y Ética  en los ámbitos semipúblicos de la familia y la escuela, así como en el ámbito público-ciudadano
La evaluación de la Formación Cívica y Ética en México es lenta y tardía. A lo largo de la historia de los proyectos de formación cívica y ética en el país eran escasos, sino que hasta  finales del siglo XX se iniciaron evaluaciones de diversa índole sobre diferentes ámbitos los valores de los mexicanos, la cultura política y las actitudes ante la corrupción .De manera especial, se destaca la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, llevada a cabo en 2001, 2003, 2005 y 2008, donde se observó las  actitudes y el comportamiento de los mexicanos en torno al funcionamiento del sistema político.
En el mundo, este tipo de estudios data de los años sesenta  en: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y México. En México identificaron que prevalece, entre los adultos, el afecto hacia los símbolos revolucionarios,  una orientación a la participación, y  una desconfianza generalizada hacia los asuntos políticos.
Sin embargo al final del siglo XX se comenzaron investigaciones que buscaban apreciar el papel de la escuela en la formación de nociones, actitudes y percepciones en torno a la ciudadanía.
Los estudios de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro
Educativo (IEA,) realizaron un estudio  a 24 países europeos y dos latinoamericanos, cuyo propósitos y expectativas era conocer  la formación ciudadana que debían poseer los alumnos de 14 años, y se definieron tres grandes áreas o dominios para evaluar: democracia, identidad nacional y relaciones regionales e internacionales, cohesión social y diversidad.
Entre los principales resultados es que los estudiantes de diversos países en cuanto al nivel de conocimiento sobre nociones básicas de democracia y ciudadanía, existen pocas diferencias
De ahí que los alumnos muestran tener conocimientos básicos sobre los principios y procesos democráticos.
Asimismo, se identificó que los docentes de asignaturas creen que con mejores materiales, oportunidades de capacitación y más carga horaria se contribuiría a una mejor educación cívica. Así cuando los estudiantes perciben que en sus escuelas se presta atención a la ciudadanía, tienen mayor valoración al voto cuando sean adultos.
Actualmente en el curso Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana organizado, también, por la IEA donde participan 38 países, se evalúan tres dominios diferentes  de contenido, afectivo-comportamental y cognitivo. En cuanto a los tipos de ítems, se formularon cinco tipos:
1. Conocimientos de contenidos
2. Habilidades para la interpretación
3. Comprensión de conceptos de civismo y ciudadanía
4. Actitudes hacia contenidos y conceptos de civismo y ciudadanía
5. Acciones de participación cotidiana y esperadas, relacionadas con la actividad política
En México, un trabajo importante es el realizado por Rafael Segovia por medio de una encuesta en 1969  a seis entidades: Jalisco, Nuevo León, Tabasco, Oaxaca, Estado de México y Distrito Federal. Con el trabajo se identificó  que los hijos de obreros y campesinos prevalecen un conocimiento más limitado de la conformación del poder y de la función del Poder Legislativo. Por el contrario, los hijos de profesionistas libres y empresarios, cuentan con mayor información, así como de posibilidades para juzgar la vida política del país.
El autor plantea que la escuela es un factor que moldea la formación de actitudes favorables hacia diversas figuras e instituciones que intervienen en la vida política del país.
En la primera década del siglo XXI se promueve el desarrollo de pruebas nacionales que buscan explorar el nivel de dominio que los alumnos de los contenidos (INEE) desarrolla los Exámenes de Calidad y Logro Educativo (Excale), y la SEP  crea la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE).
Consideraciones finales
La evaluación en el ámbito de la formación cívica y ética inicia, con el estudio de Almond y Verba (1963), y la exploración de aspectos tanto conceptuales como actitudinales.
Los principales asuntos que se exploran en las evaluaciones van desde las características del sistema político, donde se explora información sobre su estructura y funciones básicas, hasta habilidades más complejas sobre los rasgos que asume y requiere jugar en la consolidación de la vida democrática de un país.
En cuanto a los instrumentos  las pruebas nacionales tienen un peso  conceptual ligado al currículo, por esta razón, uno de los retos de la evaluación de la Formación Cívica y Ética es la consideración de otros ámbitos de formación, a través de los cuales niños y adolescentes aprenden a convertirse en ciudadanos y a asumir un conjunto de actitudes para desempeñarse como tales.
La evaluación de las competencias
Denyer, Furnémont, Poulain y Vanloubbeeck mencionan  un enfoque didáctico centrado en las competencias en la  FCyE  por lo tanto la evaluación también se centrara en ellas.
Los aprendizajes, entonces señalaran un enfoque centrada en el producto del aprendizaje,  asimismo, se plantea que la finalidad de la evaluación debe ser la de mejorar, corregir o reajustar el avance en el aprendizaje del alumno y que la autoevaluación debe ser una estrategia fundamental del proceso de evaluación.
Cuando el objetivo de la evaluación es la toma de una decisión, es necesario que ésta se acompañe decriterios bien explicitados y actualizados por medio del uso de indicadores. Los criterios deben ser pertinentes, independientes, poco numerosos y jerarquizados
Un criterio puede ser el “portafolio” que permite hacer el seguimiento sistemático del avance del alumno en relación con:
a)    sus producciones y resultados obtenidos en diversos tipos de exámenes,
b)    los análisis de su trabajo,
c)    calificaciones cifradas, por ejemplo, de pruebas sobre los conocimientos y habilidades.
La evaluación por portafolios cumple la doble función de evaluación formativa y certificación de las competencias alcanzadas.
También los profesores deben evaluar y reportar el progreso de los estudiantes y el mismo debe decidir qué métodos usar para valorar el trabajo  como observaciones, pruebas, portafolios, listas de chequeo, producciones escritas y proyectos, entre otros.
La evaluación de competencias es buena pero a la ves tiene problemas y .Álvarez, menciona que una “enseñanza centrada en competencias” encierra más una aspiración que un concepto con significación clara. En la escuela, actualmente confluyen tres grandes visiones sobre la evaluación de los aprendizajes, éstas son:
·         La evaluación de los aprendizajes: sobresalen las formas de evaluación en torno a pruebas o exámenes es aquella cuyo foco de atención está puesto más en el aprendizaje que en el individuo que aprende
·         La evaluación como aprendizaje es el enfoque que sugiere utilizar la evaluación de manera continua y sistemática como excelente medio de formación y se basa en las corrientes psicológicas por descubrimiento, las cuales promueven que el estudiante guiado y motivado
·         La evaluación para el aprendizaje.  Se concibe que la evaluación es un medio para el aprendizaje y la educación escolar, en el que se dedica mucho más tiempo a la planeación y preparación de la enseñanza e impartición de clases que a la evaluación.
Ante esta situación el ritmo de la enseñanza debería depender de la capacidad que tenga para comprender el sujeto que aprende.
La evaluación formativa es la que ocurre durante el proceso de aprendizaje; por tanto, tendría que llevarse a cabo durante el proceso de resolución de las tareas planteadas a los alumnos e implica evaluar el desempeño del estudiante pensando en las estrategias que utiliza para llegar a un resultado determinado.


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