lunes, 24 de junio de 2013

Exposición 6

La evaluación de la F C y E

La medición del impacto de la Formación Cívica y Ética  en los ámbitos semipúblicos de la familia y la escuela, así como en el ámbito público-ciudadano
La evaluación de la Formación Cívica y Ética en México es lenta y tardía. A lo largo de la historia de los proyectos de formación cívica y ética en el país eran escasos, sino que hasta  finales del siglo XX se iniciaron evaluaciones de diversa índole sobre diferentes ámbitos los valores de los mexicanos, la cultura política y las actitudes ante la corrupción .De manera especial, se destaca la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, llevada a cabo en 2001, 2003, 2005 y 2008, donde se observó las  actitudes y el comportamiento de los mexicanos en torno al funcionamiento del sistema político.
En el mundo, este tipo de estudios data de los años sesenta  en: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y México. En México identificaron que prevalece, entre los adultos, el afecto hacia los símbolos revolucionarios,  una orientación a la participación, y  una desconfianza generalizada hacia los asuntos políticos.
Sin embargo al final del siglo XX se comenzaron investigaciones que buscaban apreciar el papel de la escuela en la formación de nociones, actitudes y percepciones en torno a la ciudadanía.
Los estudios de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro
Educativo (IEA,) realizaron un estudio  a 24 países europeos y dos latinoamericanos, cuyo propósitos y expectativas era conocer  la formación ciudadana que debían poseer los alumnos de 14 años, y se definieron tres grandes áreas o dominios para evaluar: democracia, identidad nacional y relaciones regionales e internacionales, cohesión social y diversidad.
Entre los principales resultados es que los estudiantes de diversos países en cuanto al nivel de conocimiento sobre nociones básicas de democracia y ciudadanía, existen pocas diferencias
De ahí que los alumnos muestran tener conocimientos básicos sobre los principios y procesos democráticos.
Asimismo, se identificó que los docentes de asignaturas creen que con mejores materiales, oportunidades de capacitación y más carga horaria se contribuiría a una mejor educación cívica. Así cuando los estudiantes perciben que en sus escuelas se presta atención a la ciudadanía, tienen mayor valoración al voto cuando sean adultos.
Actualmente en el curso Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana organizado, también, por la IEA donde participan 38 países, se evalúan tres dominios diferentes  de contenido, afectivo-comportamental y cognitivo. En cuanto a los tipos de ítems, se formularon cinco tipos:
1. Conocimientos de contenidos
2. Habilidades para la interpretación
3. Comprensión de conceptos de civismo y ciudadanía
4. Actitudes hacia contenidos y conceptos de civismo y ciudadanía
5. Acciones de participación cotidiana y esperadas, relacionadas con la actividad política
En México, un trabajo importante es el realizado por Rafael Segovia por medio de una encuesta en 1969  a seis entidades: Jalisco, Nuevo León, Tabasco, Oaxaca, Estado de México y Distrito Federal. Con el trabajo se identificó  que los hijos de obreros y campesinos prevalecen un conocimiento más limitado de la conformación del poder y de la función del Poder Legislativo. Por el contrario, los hijos de profesionistas libres y empresarios, cuentan con mayor información, así como de posibilidades para juzgar la vida política del país.
El autor plantea que la escuela es un factor que moldea la formación de actitudes favorables hacia diversas figuras e instituciones que intervienen en la vida política del país.
En la primera década del siglo XXI se promueve el desarrollo de pruebas nacionales que buscan explorar el nivel de dominio que los alumnos de los contenidos (INEE) desarrolla los Exámenes de Calidad y Logro Educativo (Excale), y la SEP  crea la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE).
Consideraciones finales
La evaluación en el ámbito de la formación cívica y ética inicia, con el estudio de Almond y Verba (1963), y la exploración de aspectos tanto conceptuales como actitudinales.
Los principales asuntos que se exploran en las evaluaciones van desde las características del sistema político, donde se explora información sobre su estructura y funciones básicas, hasta habilidades más complejas sobre los rasgos que asume y requiere jugar en la consolidación de la vida democrática de un país.
En cuanto a los instrumentos  las pruebas nacionales tienen un peso  conceptual ligado al currículo, por esta razón, uno de los retos de la evaluación de la Formación Cívica y Ética es la consideración de otros ámbitos de formación, a través de los cuales niños y adolescentes aprenden a convertirse en ciudadanos y a asumir un conjunto de actitudes para desempeñarse como tales.
La evaluación de las competencias
Denyer, Furnémont, Poulain y Vanloubbeeck mencionan  un enfoque didáctico centrado en las competencias en la  FCyE  por lo tanto la evaluación también se centrara en ellas.
Los aprendizajes, entonces señalaran un enfoque centrada en el producto del aprendizaje,  asimismo, se plantea que la finalidad de la evaluación debe ser la de mejorar, corregir o reajustar el avance en el aprendizaje del alumno y que la autoevaluación debe ser una estrategia fundamental del proceso de evaluación.
Cuando el objetivo de la evaluación es la toma de una decisión, es necesario que ésta se acompañe decriterios bien explicitados y actualizados por medio del uso de indicadores. Los criterios deben ser pertinentes, independientes, poco numerosos y jerarquizados
Un criterio puede ser el “portafolio” que permite hacer el seguimiento sistemático del avance del alumno en relación con:
a)    sus producciones y resultados obtenidos en diversos tipos de exámenes,
b)    los análisis de su trabajo,
c)    calificaciones cifradas, por ejemplo, de pruebas sobre los conocimientos y habilidades.
La evaluación por portafolios cumple la doble función de evaluación formativa y certificación de las competencias alcanzadas.
También los profesores deben evaluar y reportar el progreso de los estudiantes y el mismo debe decidir qué métodos usar para valorar el trabajo  como observaciones, pruebas, portafolios, listas de chequeo, producciones escritas y proyectos, entre otros.
La evaluación de competencias es buena pero a la ves tiene problemas y .Álvarez, menciona que una “enseñanza centrada en competencias” encierra más una aspiración que un concepto con significación clara. En la escuela, actualmente confluyen tres grandes visiones sobre la evaluación de los aprendizajes, éstas son:
·         La evaluación de los aprendizajes: sobresalen las formas de evaluación en torno a pruebas o exámenes es aquella cuyo foco de atención está puesto más en el aprendizaje que en el individuo que aprende
·         La evaluación como aprendizaje es el enfoque que sugiere utilizar la evaluación de manera continua y sistemática como excelente medio de formación y se basa en las corrientes psicológicas por descubrimiento, las cuales promueven que el estudiante guiado y motivado
·         La evaluación para el aprendizaje.  Se concibe que la evaluación es un medio para el aprendizaje y la educación escolar, en el que se dedica mucho más tiempo a la planeación y preparación de la enseñanza e impartición de clases que a la evaluación.
Ante esta situación el ritmo de la enseñanza debería depender de la capacidad que tenga para comprender el sujeto que aprende.
La evaluación formativa es la que ocurre durante el proceso de aprendizaje; por tanto, tendría que llevarse a cabo durante el proceso de resolución de las tareas planteadas a los alumnos e implica evaluar el desempeño del estudiante pensando en las estrategias que utiliza para llegar a un resultado determinado.


Exposición 5

ÉTICA Y CIUDADANÍA 
Educación cívica y ciudadanía política: las bases educativas de la conformación de una cultura política
Formar una ciudadanía democrática es una de las tareas más complicadas a la cual nos enfrentamos gobierno y ciudadanos hoy en México; construir una ciudadanía democrática es posible, siempre y cuando logremos generar cambios en nuestra cultura política. Cumplir este objetivo exige, por tanto, primero transformar nuestros valores, concepciones y actitudes hacia lo político, es decir, reconfigurar nuestras percepciones acerca del ejercicio del poder y el papel que desempeñan los diferentes actores en la escena política: instituciones, gobiernos y ciudadanía.
La ciudadanía democrática también se convirtió en un ideal para nuestra sociedad, por lo cual conviene estimular nuevos enfoques en donde se privilegie la participación de todos los agentes involucrados.  En este sentido, es necesario generar desde la escuela una comprensión amplia de la política, ejercer la autoridad de manera no arbitraria o excluyente, fortalecer la dimensión de lo público sin detrimento de lo privado y garantizar mayor autonomía a las voces ajenas al poder.
La educación cívica impulsada en las escuelas primarias y secundarias públicas puede asumir un rol fundamental como instrumento de producción de ciudadanía democrática.
Hacia una nueva concepción de ciudadanía
La idea de ciudadano en México tiene como referente la coexistencia de diversos elementos que ayudaron a convertirla en figura central de la actividad política moderna:
a)     tiene un carácter ideal
b)     condensa en la figura de la nación soberana el fundamento del poder político
c)      fomenta un sistema representativo con dicha soberanía expresada como corolario, lo que lo transforma de principio teórico en mecanismo de gobierno, además.
d)      tiene en su Constitución un documento fundacional y rector de la vida en sociedad.

 Bajo esta concepción, la ciudadanía sólo puede existir dentro de una nación que está compuesta por individuos, lo cual coloca permanentemente al ciudadano en vía directa hacia el sufragio universal 
En cuanto a la escuela la manera de comunicar la pertenencia en ellas es mediante el currículo oculto, con el uso de la autoridad como recurso penetrante para establecer roles, imponer reglas y transmitir contenidos, por  lo tanto el uso de la autoridad es un mecanismo de ordenamiento de los roles en la vida social, a partir de los cuales se construye un imaginario en el que se fija quién manda y quién obedece; son los profesores, por tanto, la fuente primaria de transferencia de una cultura autoritaria, vertical e inapelable que reproduce el ejercicio de la real política en las aulas.

El concepto de ciudadanía, por otra parte, tiene sentido más allá del Estado- nación. Por lo anterior, un primer reproche al cual debe ser sensible el programa de la asignatura de
Formación Cívica y Ética es que el viejo modelo del ciudadano abstracto no reconoce la diversidad cultural. Así los contenidos de la asignatura Formación Cívica y Ética necesitan incorporar explícitamente el reconocimiento a la diversidad étnica existente en nuestro país e introducir un enfoque pedagógico dirigido a ese objetivo.
La asignatura Formación Cívica y Ética necesita incorporar profundamente la visión de los derechos humanos y comunicarla en sus materiales, así como en los cursos de actualización dirigidos a los profesores, directivos y personal de apoyo.
Para comprender por qué la ciudadanía necesita adoptar el enfoque basado en los derechos humanos, necesitamos definirlos primero:
·         El respeto a la dignidad de las personas, consiste en garantizar a cada persona el derecho de alcanzar su propia manera de realizarse, de perfeccionarse.
·         La perfección es un aspecto de los derechos humanos que incluye tres ámbitos de desarrollo: en lo intelectual, ofrecer la oportunidad de estudiar, reflexionar, observar o analizar su entorno a cada quien a su manera; en lo volitivo, permitirle elegir lo que le conviene de acuerdo con su propio punto de vista; pero además es corporal, pues incluye aceptar y desarrollar sus habilidades emocionales.

La ética cívica como sustento de la formación ciudadana 
El foco de la asignatura de Formación Cívica y Ética busca fortalecer el objetivo de configurar las bases para una ciudadanía democrática; para ello necesita, complementariamente, centrarse en el desarrollo de competencias democráticas (Guttman, 2001), que son herramientas para transformar el conocimiento en desempeño para la vida práctica y cotidiana, en otras palabras, herramientas para enseñar a manejar el conflicto, usar el diálogo y aplicar los derechos fundamentales.
El término de competencias democráticas en este contexto se refiere a competencias cognitivas, emocionales, comunicativas e integradoras (Chaux, 2005), es decir, se orienta a la articulación de habilidades y capacidades entre sí y con los conocimientos, actitudes y procedimientos propios de la democracia que hará posible, en los estudiantes, descubrirse a sí mismos como portadores de la condición de seres humanos dignos, además de futuros ciudadanos con disposición a actuar de manera constructiva para una sociedad democrática.
El objetivo central de estos programas centra su atención en que los niños, niñas y jóvenes vivan la experiencia de ser personas libres, responsables socialmente, competentes en sus prácticas ciudadanas y que fortalezcan su aprecio por la democracia.
 El currículo escolar chileno centra sus objetivos en materia de ética cívica en el desarrollo de habilidades éticas, que consisten en potenciar la capacidad y voluntad para autorregular la conducta Los valores más destacados son la autonomía personal, la promoción de altruismo, la solidaridad, el respeto por la justicia, los derechos humanos y el bien común.
En Argentina, la aprobación de un programa de Educación para la Democracia dirigió el eje central del proyecto a “identificar logros, errores y problemas pendientes, sin establecer autocensuras ideológicas o encasillamientos partidarios” En ello toma un lugar fundamental la recuperación de la memoria, el favorecer el carácter autocrítico, la recuperación de experiencias y la corrección y superación de su propia historia.
Para el Consejo Federal que acompaña al Ministerio de la Nación, la educación es un espacio decisivo para consolidar la identidad nacional y una ruta estratégica para promover el desarrollo personal, social, económico y cultural. Cuatro conceptos orientan este modelo:
a)     Una escuela abierta, donde se fomenta la memoria, la recuperación de las tradiciones y la ubicación en el contexto latinoamericano, pero sin negar la innovación
b)    Una escuela justa, democrática y solidaria que trata de impedir las distintas expresiones de la intolerancia y la arbitrariedad, en donde se confirma la responsabilidad, la autoridad de los adultos y la participación de la comunidad, así como la búsqueda de consensos
c)     Una escuela federal que asume la descentralización, haciendo cargo a los gobiernos provinciales de sus sistemas educativos, pero generando un compromiso efectivo con sus comunidades, y que acepta el contexto globalizado pero no pierde la propia identidad e identificación con  lo local
d)    Una escuela esforzada, en la que se afirma el valor del trabajo como constante para el logro de sus metas. Mediante este último concepto se impulsa el desarrollo de las capacidades y el reconocimiento del mérito de los estudiantes.
Por su parte, el sistema educativo español, a partir de la aprobación de la Ley Orgánica de Educación (LOE) en mayo de 2006, propone desarrollar una nueva ley de calidad que tiene como punto de partida generar equidad social.
La asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos impartida en primaria y secundaria es un ejemplo de cómo los españoles preparan al sujeto para su comprensión como miembro de una comunidad política internacional integrada a un mundo global, sin perder su identidad y otorgándole un peso importante al valor de la dignidad humana, el respeto, la autonomía, la pertenencia, la diversidad, las normas y reglas de convivencia, la libertad, los deberes y derechos ciudadanos y los efectos de la globalización en la vida colectiva.

jueves, 20 de junio de 2013

Exposición 4

Docencia y didáctica de la Formación Cívica y Ética

La formación y actualización de docentes, junto con la elaboración de materiales didácticos y de divulgación, son recursos fundamentales para que el profesorado y personal directivo comprendan el contenido de la reforma y desarrollen las competencias profesionales necesarias para aplicarla.
En el caso particular de los programas de Formación Cívica y Ética para educación primaria y secundaria, la información pertinente y los procesos que contribuyen al fortalecimiento profesional son especialmente relevantes, ya que el docente no puede ser un simple ejecutor del currículo, sino que se requiere que sea un formador de niños y adolescentes que despliegue su pensamiento crítico, sus valores, su compromiso con el mejoramiento del entorno, su postura ante situaciones críticas, sus competencias para la prevención de riesgos.
La naturaleza de la FCyE precisa que los docentes sean sujetos autónomos, con capacidad crítica y con competencias para desarrollar en el alumnado el juicio moral y el pensamiento crítico; para fortalecer en ellos los factores de protección de riegos, la identidad, la autoestima y la 122asertividad; para formar ciudadanos conscientes de sus derechos, participativos, respetuosos de la ley, de la diversidad y de la dignidad humana.
El Examen Nacional de Conocimientos y Habilidades Docentes para Formación Cívica y Ética destaca ciertos rasgos del perfil del docente de esta asignatura, principalmente el referido al conocimiento del programa, de su enfoque y de los ejes temáticos (SEP, 2010).

La responsabilidad individual y social del alumnado supone que éste responda por sus actos y decisiones, que se comprometa a hacer lo que le corresponde, por convicción y compromiso consigo mismo.
Se advierte que FCyE  es la asignatura con mayor oferta de actualización y profesionalización. Esta oferta es ofrecida por distintas áreas de la Secretaría de Educación Pública.Es  un reflejo del interés que despierta esta  asignatura y de la importancia que las instancias que ofertan dichas actividades le otorgan, así como de la complejidad de este campo, lo que se refleja en las temáticas, propósitos y enfoques de la oferta
Desarrollo de nuevos campos profesionales:
  • 1.       Docencia y enfoque por competencias.
  • 2.       Aspectos metodológicos y desarrollo de competencias docentes para la FCyE
  • 3.       Ambiente escolar
  • 4.       Generales. 
EL horizonte formativo es amplio y abarca gran parte de los ejes del trabajo docente en la FCyE, parece necesario revisar la congruencia y consistencia con el enfoque, hay que procurar el equilibrio.
La didáctica en la Formación Cívica y Ética: estilos, prácticas docentes, uso de recursos educativos
La FC y E tiene su propia orientación didáctica.La base del derecho a la educación, la teoría educativa de la calidad y las competencias para la vida son, por sí mismas, un anuncio del trabajo didáctica.La orientación esencial, la de ser para la vida, con un sentido doble: Según los cuatro pilares de la educación (Delors, 1996) y los siete saberes necesarios para la educación del futuro (Morin, 2001) para atender la vida actual de los estudiantes con sus necesidades de aprendizaje y de socialización, sus anhelos de bienestar, ser para la vida que se proyecta como manifestación de la eficacia de la formación escolar.
Aprender a conocer como vía para comprender el mundo y para lograr una vida digna con el desarrollo de capacidades profesionales y la comunicación con los demás; aprender a hacer, es decir, adaptar la enseñanza a un mercado de trabajo que no es totalmente previsible; aprender a vivir juntos, “una de las principales empresas de la educación contemporánea”
Morin (2001) se ocupó de las cualidades que aquella requeriría en el futuro e identificó siete “saberes fundamentales” que son “ignorados u olvidados y que son necesarios para enseñar en el próximo siglo.
  1. las características cerebrales, mentales y culturales del conocimiento humano.
  2. un conocimiento pertinente que ayude a comprender los problemas globales y a ubicar en ellos los conocimientos pertinentes en lo local, evitando la fragmentación del saber;
  3. un saber centrado en la condición humana, que es el objeto esencial de cualquier educación;
  4. el conocimiento de la era planetaria, mostrando las solidaridades y las dominaciones;
  5. un conocimiento que permita comprender las incertidumbres y afrontar los riesgo
  6. una educación para la comprensión, que implica estudiar las raíces de la incomprensión
  7. el séptimo saber, el de una ética que conciba a la humanidad como comunidad planetaria.    
Meta de la FC y E, aprender a vivir juntos.
Los estilos. 
El estilo de educación bien puede ser comprendido como el producto de la elaboración de las cualidades de pertinencia y relevancia del trabajo en la escuela.
La didáctica nos coloca en el plano de la práctica, el de la realización de un ideal teórico de formación mediante la integración de procedimientos y medios; ello da lugar a los estilos de la educación.En el estilo visto en la acción del docente (cf. Martín y Puig, 2008; Weber, 1976). Los siguientes son algunos estilos didácticos para la FCyE:
1)      Estilo abierto a la historia de la pedagogía:
Reconoce e incorpora la multiculturalidad en la vida de la escuela y del aula, y se sostiene en el trabajo transversal con la Historia y, al interior de la FCyE, en el hilo conductor de los derechos humanos.
2)      Estilo inteligente:
Gardner: “la capacidad para resolver problemas, o para elaborar productos que son de gran valor para un determinado contexto comunitario o cultural” (2005). Su propósito,  formar ciudadanos con personalidad democrática, según el conjunto de competencias que los planes y programas de educación básica establecen.
3)      Acción dialogante:
Que se expresa en la convivencia incluyente que tiene su punto de partida en el reconocimiento de la igualdad de cada actor en el aula y la escuela.
4)      Oposición:
Que puede comprenderse como una dimensión del pensamiento crítico, pues significa aprender a leer el mundo, a conocerlo e interpretarlo para hacer posible el proceso educativo por medio de la comunicación humana, siguiendo en ello las orientaciones de Freire.
4)      Sentido de formación integral (Zarzar, 2003:73 y ss.):
Este estilo hace referencia a una forma de trabajar que está abierta y atenta al proceso interno de la significatividad del aprendizaje intelectual y valoral, y al ascenso en los niveles de la conciencia humana y sus procesos de integración.
Conocimiento social. Este conocimiento es fundamental para las prácticas de FCyE porque trata sobre las personas y sus relaciones, y nuestra vida cotidiana es, en gran parte, conocimiento social. Flavell ,  afirma que el proceso del conocimiento social y su influencia en la conducta tiene una secuencia:

  1. saber de la existencia de un objeto del mundo social,
  2. la disposición para pensar en determinado aspecto del conocimiento social en una situación propicia.
  3. “tener la habilidad para representarse con éxito ese determinado aspecto del conocimiento social”
  4. aplicar en la conducta el resultado de la representación o inferencia hecha en el proceso anterior.

  • Turiel describe “tres ámbitos que surgen como resultado de distintas formas de interacción social” (cit. en Ibid., p. 102), y son:
1) el ámbito psicológico del “conocimiento de las personas y sus relaciones”, las causas de su conducta o el efecto de la conducta de una persona sobre otra.
2) el ámbito societal o “conocimiento de los sistemas de relaciones sociales”, como las normas, roles, formas de organización.
 3) el ámbito moral, el “conocimiento sobre cómo deben ser las relaciones sociales (concepto de justicia).
 Condición Didáctica
Es orientar el desarrollo profesional del docente hacia la adquisición de un pensamiento educativo personal, en el que se asiente la identidad profesional y de donde surja la reflexión acerca de la propia práctica magisterial. Una de las cosas que es exigida por un enfoque del desarrollo profesional como el mencionado es la integración de conocimientos en la educación básica y en la Formación Inicial y Continua del profesorado, de modo que sean un sustento fuerte tanto para el desarrollo de las competencias como para el fomento del potencial de la transversalidad.

Exposición 3

Principales mecanismos de F. C yE en las escuelas del tipo básico de la educación mexicana: currículo, transversalidad, gestión y ambiente escolar, vinculación con la comunidad.

El trabajo de la FCyE le otorga una gran relevancia a la escuela como el lugar central de todo el quehacer educacional formal de la nación, de cada estado de la República, de cada municipio y comunidad en donde aquélla esté física, social y culturalmente asentada.
El aprecio social de que debe ser objeto la escuela básica es el soporte de las políticas públicas que habrán de darle orientación práctica y cotidiana a su labor.
La reforma de la educación básica de 1993, antecedente de la actual, fue muy clara al destacar el papel de la escuela en la realización del derecho a la educación. La reforma reconocía a la escuela como una institución para todos y afirmaba que la experiencia que en ella habría de vivirse era “una condición para el ejercicio de la libertad, la justicia y la democracia” (Secretaría de Educación Pública, 1993:9). 
Por tratarse de la FCyE, este acto de poner la escuela como centro de nuestracomprensión educacional es una oportunidad para destacar tanto la perspectiva de la identidad ciudadana de alcance nacional que la educación básica se propone, como las perspectivas propias de las comunidades políticas más cercanas a las personas en general y a los estudiantes de la educación básica en particular, es decir, el estado y el municipio.
En las acciones innovadoras debe quedar claro que la escuela es un instrumento de transformación de las relaciones sociales por la vía de la formación cívica y ética de las personas; que es una institución orientada a hacer la república federal que la Constitución define; que la escuela está para servir de ahí su pertinencia y su relevancia a la gente que en cada lugar de la geografía mexicana anhela, encarna y proyecta el Estado social de derechos.
Tendencias generales de las temáticas abordadas en la Formación Cívica y Ética
  • La primera, la indoctrinación, consiste en tratar de influir, mediante procedimientos diversos pero fundamentalmente exhortativos y conductistas, sobre los juicios morales y las conductas de los sujetos, a partir de los valores propios de un grupo o de una persona. Con ello se persigue que todos los educandos lleguen a pensar y a actuar de la manera como dicho grupo o persona esperan que actúen. Es contraria a la formación en valores porque ésta supone el desarrollo autónomo del esquema valoral propio de cada individuo.
  • La segunda, la falsa neutralidad, conduce a los agentes educativos a negar que forman en valores, aduciendo su respeto a los valores propios de cada uno de sus estudiantes. Esto es contrario a la formación valoral porque no es posible educar sin formar valoralmente. Los agentes educativos toman una cantidad enorme de decisiones frente al grupo y en su interacción con los alumnos que implican valores, y éstos influyen en la formación valoral de los estudiantes, aunque no se quiera.
Otras, derivan de posturas epistemológicas y pedagógicas más profundas y, por lo mismo, pueden prometer mejores resultados, como lo son: 
  • En primer lugar, puede identificarse la tendencia prescriptiva. Al igual que la indoctrinación, desde esta visión de lo que se trata es de lograr que los estudiantes incorporen determinados valores y se comporten de determinada manera, para lo cual se recurre a la exhortación y a las metodologías conductistas del premio y el castigo.
  • En segundo lugar, podemos identificar la corriente relativista. Conforme a esta corriente, surgida después de la Segunda Guerra Mundial ante una crisis profunda de valores debida precisamente a la guerra, los seres humanos tienen derecho a definir sus propios valores. Rechazan la existencia de valores universales y sostienen que entre las personas, como entre las culturas, éstos son legítimamente muy diferentes. Lo importante es que cada quien defina sus valores mediante procedimientos de introspección rigurosos. Esta metodología de autodefinición valoral, realizada en forma enteramente individual, es la que asegura que los valores que se definan, cualesquiera que ellos sean, resulten válidos y respetables.
  • En tercer lugar, situamos la tendencia social. En ella se parte del supuesto epistemológico de que los valores son culturales y se construyen en la relación con los demás. Esta corriente asume la definición de los valores morales como valores sociales. Dichos valores, que son los que interesa desarrollar en la escuela, exigen para su vivencia el desenvolvimiento de competencias sociales que aseguren que dichos valores se vean reflejados en la relación con los otros y en la convivencia.
  • En cuarto lugar, ubicamos la tendencia evolutiva del desarrollo del juicio moral. Esta corriente sostiene que los seres humanos evolucionan en su capacidadde ir definiendo criterios, de creciente nivel de complejidad y de perspectiva, dejuicio moral. Para el desarrollo del juicio moral es indispensable el desarrollo cognitivo.Sin embargo, el juicio moral no es consecuencia automática del desarrollocognitivo, motivo por el cual debe ser objeto de educación. El desarrollo deljuicio moral se favorece, pero sus contenidos no se prescriben.
  • En quinto lugar no queremos dejar de hacer mención de una última tendencia, que es más bien complementaria a las anteriores, que es la vivencial. Esta corriente sostiene que los valores se forman viviéndolos. La vieja máxima de que “se educa con el ejemplo”, complejizada en las organizaciones y las estructuras institucionales, está en la base de esta tendencia.
De la formación con sentido nacional(ista) a la ciudadanía de la “aldea global”.
Un rasgo que ha caracterizado a la formación ciudadana en México es su carácter nacionalista. Este sentido nacionalista ha impregnado, desde el siglo XIX, la orientación de la educación dirigida a grandes sectores de la población, con la finalidad de desarrollar sentimientos de lealtad a la nación y a las instituciones del Estado que la representan.
Entre los elementos que diversos autores han considerado como propios del nacionalismo se encuentran: la experiencia de un pasado común, el reconocimiento de un territorio y un gobierno compartidos, el contacto estrecho y rutinario entre sus pobladores, ciertas características y un lenguaje compartido, así como la voluntad para llevar a cabo tareas comunes (Dobbs, citado por Vázquez, 1975: 8-9).
El nacionalismo, como señalan Maya y Silva (1988), se vincula también con el proceso de conformación y consolidación del Estado y sus instituciones. A medida que el Estado tuvo capacidad para incorporar a un mayor número de niños y de adolescentes a la escuela, se acrecentó su legitimidad como propiciador de la unidad y la integración de toda la población a la vida nacional.
El sentido de pertenencia a la nación requiere fortalecerse en sus aspectos sociales, económicos y políticos para que contribuya a una formación de sujetos que se moverán en una sociedad interconectada e interdependiente.
Si bien el componente afectivo y patriótico juega un papel importante para la cohesión de las sociedades, es esencial que los individuos cuenten con elementos para actuar democráticamente y para fortalecer la vigencia de los derechos humanos y el diálogo intercultural.
La Formación Cívica y Ética en el proceso de articulación de la educación básica
Uno de los cambios notables en la educación básica en las últimas décadas tiene que ver con su conceptualización como un ciclo de formación específico y, además, obligatorio. Las acciones que enmarcan esta perspectiva tienen que ver con el establecimiento de la educación secundaria y preescolar como obligatorias en 1992 y 2004, respectivamente. Este carácter obligatorio influye en las políticas educativas para mirar al nivel como un trayecto en el que se concreta un perfil del egresado de la educación básica (SEP, 2006).

Exposición 2

Elementos contextuales que influyen en los aprendizajes y el desarrollo de competencias Cívicas y éticas


En esta época de globalización las relaciones de las personas se han visto influidas,  dando como resultado un trastrocamiento de la vida familiar como formadora de valores, debido a la incorporación de las mujeres al mercado laboral y a la presencia de los medios de comunicación.
Ante esta situación, las escuelas de educación básica cambian sus objetivos y es así como la formación cívica y ética busca ofrecer las herramientas necesarias para actuar ante el mundo cambiante y contradictorio de la actualidad. Algunas situaciones son situaciones que afectan  a la convivencia y vida de las personas se dividen en tres grandes situaciones las cuales son:
Situaciones que afectan la vida y la salud
El medio natural y la salud humana son dos ámbitos en los que se involucra, en nuestros días, la responsabilidad de personas y grupos para preservarlos, responsabilidad que implica una reflexión profunda sobre la vida presente y futura de la humanidad sobre la Tierra.
  • Deterioro ambiental: El cuidado del ambiente surge como una preocupación de las sociedades  industrializadas ante el paulatino deterioro ambiental: pérdida y alteración de  los ecosistemas, merma en la biodiversidad y extinción de especies; contaminación del agua, el aire y los suelos; cambio climático y adelgazamiento de la capa de ozono.Para la formación cívica y ética se plantea el reto de formar una ciudadanía informada y comprometida con el ambiente, capaz de exigir al Estado la aplicación efectiva de leyes que regulen los intereses económicos presentes en el uso y explotación de los recursos naturales.
  • Adicciones: Las adicciones, entendidas como la dependencia fisiológica y/o psicológica a alguna droga, es decir, a una sustancia que provoca alteraciones en las funciones del  organismo al ser introducida en el mismo constituyen una referencia obligada de la formación cívica y ética, pues ésta también debe ser vista como un espacio donde los sujetos requieren aprender a tomar decisiones a favor de su vida.
  • Prácticas sexuales de riesgo: Un componente de la existencia humana que comprende potencialidades como el género, los vínculos afectivos, el erotismo y la reproducción. Desde esta perspectiva, la sexualidad es un espacio de realización personal en torno al cual las personas requieren información y fortalecer su capacidad para tomar decisiones.
Situaciones de riesgo y de deterioro de la cohesión social y la vida escolar
  • Bullying: El acoso entre estudiantes o bullying, por su denominación en inglés, describe un fenómeno identificado, en los inicios de la década de los años setenta,  en el norte de Europa. Este fenómeno constituye un campo de trabajo para la formación de habilidades sociales y competencias relacionadas con la resolución no  violenta de conflictos. Asimismo, involucra retos para la coordinación de esfuerzos en el nivel de la gestión escolar y en el del diseño de proyectos escolares  que tengan como referencia el respeto a los derechos de los alumnos.
  • Violencia e inseguridad: Las situaciones de violencia que cobran presencia en las escuelas pueden relacionarse, por una parte, con procesos exógenos como la exclusión social, la discriminación, el acecho de grupos delictivos y la criminalización de preadolescentes y adolescentes. En estos casos, las escuelas son objeto de diversas formas de violencia.Las diversas formas de violencia han llevado al diseño de una amplia serie de propuestas para contener sus efectos y prevenirla. De este modo, la educación en cultura de paz, las estrategias de mediación y diálogo.
  • Discriminación: Conjunto de prácticas y actitudes “de desprecio hacia alguien por su pertenencia a un grupo al que le ha sido asignado un estigma social”.La discriminación entraña una amplia variedad de aprendizajes para la formación cívica y ética relacionados con el reconocimiento de la igualdad de todas las personas ante la ley. 
Situaciones que amplían la perspectiva de la formación ciudadana
Estas situaciones repercuten en la concepción de ciudadanía y en las capacidades que para la misma requieren desarrollar niños y adolescentes para contribuir a la consolidación de la convivencia democrática mexicana.
  • Derechos humanos: se incorporan a la agenda institucional de nuestro país con la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. La FCyE tiene, como tarea la difusión de los derechos humanos, especialmente los de la niñez, así como promover el análisis de las prácticas escolares que los favorecen o los dañan, para forjar en los alumnos la conciencia de que son sujetos de derecho.
  • Cultura de la legalidad se introdujo en currículo  como una respuesta ante el crimen organizado y los actos de corrupción. En este marco, el interés es difundir una cultura de la legalidad que concibe la necesidad de contribuir a la existencia de un Estado de derecho donde prive el cumplimiento de la ley y, de este modo, acabar con el crimen organizado y la corrupción.
  • Interculturalidad: para la Formación Cívica y Ética representa la oportunidad de promover en los educandos un conjunto de disposiciones y actitudes para la convivencia solidaria y corresponsable, al tiempo que se aboca a la necesidad de impulsar el respeto y reconocimiento de las lenguas indígenas.
  • Equidad de género situación que se constituye como un campode lucha para garantizar oportunidades y derechos a hombres y mujeres porigual y  plantea a la FCyE el reto de promover competencias para el análisis de los prejuicios y estereotipos de género como  la apertura de oportunidades para el aprendizaje y el desarrollo de capacidades de niñas, niños y adolescentes.
  • Cultura cibernética: con el contacto directo del internet dentro de las escuelas para la formación cívica y ética le posibilita la oportunidad de interactuarcon personas de otros contextos; conocer otras situaciones y problemáticaspara superar situaciones de injusticia, violación de derechos y violencia.
El espacio escolar será  un mundo particular democrático en el que el alumnado aprenda, observe y aplique los principios de la democracia, de tal manera que no sólo se eduque para la democracia, sino también se haga en la democracia. Y para la construcción de este ambiente formativo se requiere una gestión escolar participativa, comprometida, colegiada y flexible y  que involucre a todo el personal. Para fomentar lo anterior es necesario que el docente fortalezca el trabajo colegiado mediante agendas técnico-pedagógicas, revise el funcionamiento e integración de los órganos de participación estudiantil y fortalezca las asociaciones de padres de familia y los consejos de participación social.

Exposición 1

Fundamentos Fundamentos psicopedagógicos en los enfoques y programas de Formación Cívica y Ética.

Como sabemos, las descripciones más generales de la persona moral ideal o de los factores personales complejos que intervienen en el desarrollo moral, combinan elementos conceptuales, motivacionales y afectivos.
El fin primordial de la educación es la formación del ser humano integral.  El ámbito escolar se enfoca más a la adquisición del conocimiento, dejando en un segundo plano los aspectos sociales y afectivos que conforman al ser humano, propiciando así el desarrollo de seres humanos fragmentados, en los que la razón y la emoción no funcionan de manera coordinada, dando lugar, entre otros, a la aparición de conductas sociales indeseables.
La formación cívica y ética se ha planteado como un espacio en donde se puede hacer frente a diversos problemas que afectan nuestra sociedad, fundamentalmente por medio de la promoción de formas de convivencia que  orienten a fomentar conductas pro-sociales de colaboración y ayuda, así como a la disminución de aquellas que dañan a la comunidad escolar y a la sociedad.
  • Latapí (2002) señala que la formación cívica y ética debepromover en los jóvenes la identificación y el análisis de condiciones favorables para el desarrollo humano en sociedades complejas, heterogéneas y multiculturales, mediante el conocimiento, el ejercicio y la defensa de los derechos.
La formación cívica y ética debe atender el desarrollo de tres grandes capacidades:
  1. el juicio moral
  2.  la sensibilidad afectiva a los aspectos morales
  3.  la autorregulación de los propios comportamientos
Hoffman (2000), los principios morales abstractos, aprendidos en contextos didácticos <<en frío>> (en la escuela, en pláticas, etc.) carecen de fuerza motivacional.
Las aportaciones de la aproximación neuropsicológica al estudio del desarrollo moral, las emociones morales y la conducta pro-social

La moral involucra el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen
nuestro comportamiento y que guían la forma en que desarrollamos nuestras vidas, particularmente la manera en que convivimos con los demás. 
moral es, en gran medida, resultado del proceso de socialización, a través del
cual hemos aprendido a dirigir nuestras acciones.
En la formación cívica que implica, esencialmente, la regulación de la vida social mediante normas de convivencia pueda ser exitosa, requiere que las normas establecidas tengan fuerza moral, es decir, que sean adoptadas por la mayoría de las personas y defendidas con convicción.
El pensamiento moral constituye el componente cognitivo de la moral, y comprende:
  1. El razonamiento moral, que es la manera como la gente piensa sobre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto
  2. La toma de perspectiva, entendida como la capacidad de comprender los motivos y necesidades de los demás.
La Teoría Trinitaria de la Ética (Narváez, 2008b) plantea que existen tres tipos de ética vinculados con tres estructuras fundamentales del cerebro.
  • La ética de la seguridad está relacionada con el cerebro primitivo, que compartimos con los animales inferiores, el llamado cerebro reptiliano relacionado con el sistema nervioso simpático
  • La ética de la vinculación o del compromiso, está relacionada con lo que se conoce como el cerebro emocional, en el que interviene el sistema límbico, especialmente la amígdala y el hipotálamo.
  • La ética de la imaginación se encuentra relacionada con la neo-corteza y las estructuras del tálamo. De importancia fundamental para el desarrollo de la ética de la imaginación es el funcionamiento de la corteza prefrontal.
La perspectiva sociocultural sobre el desarrollo moral
Menciona Nucci (2001), cualquier persona en un  determinado nivel de desarrollo puede percibir de manera diferente los componentes morales y no morales de las complejas situaciones sociales, de acuerdo con su nivel evolutivo. Una de las influencias determinantes de la forma en que se perciben las situaciones sociales es el marco cultural en el que las personas están insertas.
En su forma más simple, señala Nucci, las influencias culturales resultan de la mera presencia o ausencia de reglas no morales; por ejemplo, hacer fila para comprar boletos es una regla no moral que puede estar presente en una comunidad determinada.
La adopción de una perspectiva sociocultural del desarrollo moral tiene importantes implicaciones para la conducción de secuencias didácticas en las que el uso del lenguaje debe ser cuidadosamente elegido para propiciar situaciones diálogicas, en las que las acciones morales mediadas por el lenguaje representen verdaderas oportunidades de construcción de una personalidad moral, orientada por los valores morales característicos de las sociedades democráticas más evolucionadas.