jueves, 20 de junio de 2013

Exposición 1

Fundamentos Fundamentos psicopedagógicos en los enfoques y programas de Formación Cívica y Ética.

Como sabemos, las descripciones más generales de la persona moral ideal o de los factores personales complejos que intervienen en el desarrollo moral, combinan elementos conceptuales, motivacionales y afectivos.
El fin primordial de la educación es la formación del ser humano integral.  El ámbito escolar se enfoca más a la adquisición del conocimiento, dejando en un segundo plano los aspectos sociales y afectivos que conforman al ser humano, propiciando así el desarrollo de seres humanos fragmentados, en los que la razón y la emoción no funcionan de manera coordinada, dando lugar, entre otros, a la aparición de conductas sociales indeseables.
La formación cívica y ética se ha planteado como un espacio en donde se puede hacer frente a diversos problemas que afectan nuestra sociedad, fundamentalmente por medio de la promoción de formas de convivencia que  orienten a fomentar conductas pro-sociales de colaboración y ayuda, así como a la disminución de aquellas que dañan a la comunidad escolar y a la sociedad.
  • Latapí (2002) señala que la formación cívica y ética debepromover en los jóvenes la identificación y el análisis de condiciones favorables para el desarrollo humano en sociedades complejas, heterogéneas y multiculturales, mediante el conocimiento, el ejercicio y la defensa de los derechos.
La formación cívica y ética debe atender el desarrollo de tres grandes capacidades:
  1. el juicio moral
  2.  la sensibilidad afectiva a los aspectos morales
  3.  la autorregulación de los propios comportamientos
Hoffman (2000), los principios morales abstractos, aprendidos en contextos didácticos <<en frío>> (en la escuela, en pláticas, etc.) carecen de fuerza motivacional.
Las aportaciones de la aproximación neuropsicológica al estudio del desarrollo moral, las emociones morales y la conducta pro-social

La moral involucra el conjunto de principios, criterios, normas y valores que dirigen
nuestro comportamiento y que guían la forma en que desarrollamos nuestras vidas, particularmente la manera en que convivimos con los demás. 
moral es, en gran medida, resultado del proceso de socialización, a través del
cual hemos aprendido a dirigir nuestras acciones.
En la formación cívica que implica, esencialmente, la regulación de la vida social mediante normas de convivencia pueda ser exitosa, requiere que las normas establecidas tengan fuerza moral, es decir, que sean adoptadas por la mayoría de las personas y defendidas con convicción.
El pensamiento moral constituye el componente cognitivo de la moral, y comprende:
  1. El razonamiento moral, que es la manera como la gente piensa sobre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto
  2. La toma de perspectiva, entendida como la capacidad de comprender los motivos y necesidades de los demás.
La Teoría Trinitaria de la Ética (Narváez, 2008b) plantea que existen tres tipos de ética vinculados con tres estructuras fundamentales del cerebro.
  • La ética de la seguridad está relacionada con el cerebro primitivo, que compartimos con los animales inferiores, el llamado cerebro reptiliano relacionado con el sistema nervioso simpático
  • La ética de la vinculación o del compromiso, está relacionada con lo que se conoce como el cerebro emocional, en el que interviene el sistema límbico, especialmente la amígdala y el hipotálamo.
  • La ética de la imaginación se encuentra relacionada con la neo-corteza y las estructuras del tálamo. De importancia fundamental para el desarrollo de la ética de la imaginación es el funcionamiento de la corteza prefrontal.
La perspectiva sociocultural sobre el desarrollo moral
Menciona Nucci (2001), cualquier persona en un  determinado nivel de desarrollo puede percibir de manera diferente los componentes morales y no morales de las complejas situaciones sociales, de acuerdo con su nivel evolutivo. Una de las influencias determinantes de la forma en que se perciben las situaciones sociales es el marco cultural en el que las personas están insertas.
En su forma más simple, señala Nucci, las influencias culturales resultan de la mera presencia o ausencia de reglas no morales; por ejemplo, hacer fila para comprar boletos es una regla no moral que puede estar presente en una comunidad determinada.
La adopción de una perspectiva sociocultural del desarrollo moral tiene importantes implicaciones para la conducción de secuencias didácticas en las que el uso del lenguaje debe ser cuidadosamente elegido para propiciar situaciones diálogicas, en las que las acciones morales mediadas por el lenguaje representen verdaderas oportunidades de construcción de una personalidad moral, orientada por los valores morales característicos de las sociedades democráticas más evolucionadas.




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