La evaluación de la F
C y E
La medición del impacto de la Formación Cívica y
Ética en los ámbitos semipúblicos de la familia y la escuela, así como en
el ámbito público-ciudadano
La
evaluación de la Formación Cívica y Ética en México es lenta y tardía. A lo
largo de la historia de los proyectos de formación cívica y ética en el país
eran escasos, sino que hasta finales del siglo XX se iniciaron
evaluaciones de diversa índole sobre diferentes ámbitos los valores de los
mexicanos, la cultura política y las actitudes ante la corrupción .De manera
especial, se destaca la Encuesta Nacional
sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, llevada a cabo en 2001, 2003,
2005 y 2008, donde se observó las actitudes y el comportamiento de los
mexicanos en torno al funcionamiento del sistema político.
En
el mundo, este tipo de estudios data de los años sesenta en: Estados
Unidos, Reino Unido, Alemania, Italia y México. En México identificaron que
prevalece, entre los adultos, el afecto hacia los símbolos revolucionarios,
una orientación a la participación, y una desconfianza generalizada
hacia los asuntos políticos.
Sin
embargo al final del siglo XX se comenzaron investigaciones que buscaban
apreciar el papel de la escuela en la formación de nociones, actitudes y
percepciones en torno a la ciudadanía.
Los
estudios de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro
Educativo
(IEA,) realizaron un estudio a 24 países europeos y dos latinoamericanos,
cuyo propósitos y expectativas era conocer la formación ciudadana que
debían poseer los alumnos de 14 años, y se definieron tres grandes áreas o
dominios para evaluar: democracia, identidad nacional y relaciones regionales e
internacionales, cohesión social y diversidad.
Entre
los principales resultados es que los estudiantes de diversos países en cuanto
al nivel de conocimiento sobre nociones básicas de democracia y ciudadanía,
existen pocas diferencias
De
ahí que los alumnos muestran tener conocimientos básicos sobre los principios y
procesos democráticos.
Asimismo,
se identificó que los docentes de asignaturas creen que con mejores materiales,
oportunidades de capacitación y más carga horaria se contribuiría a una mejor
educación cívica. Así cuando los estudiantes perciben que en sus escuelas se
presta atención a la ciudadanía, tienen mayor valoración al voto cuando sean
adultos.
Actualmente
en el curso Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana organizado,
también, por la IEA donde participan 38 países, se evalúan tres dominios
diferentes de contenido, afectivo-comportamental y cognitivo. En cuanto a
los tipos de ítems, se formularon cinco tipos:
1.
Conocimientos de contenidos
2.
Habilidades para la interpretación
3.
Comprensión de conceptos de civismo y ciudadanía
4.
Actitudes hacia contenidos y conceptos de civismo y ciudadanía
5.
Acciones de participación cotidiana y esperadas, relacionadas con la actividad
política
En
México, un trabajo importante es el realizado por Rafael Segovia por medio de
una encuesta en 1969 a seis entidades: Jalisco, Nuevo León, Tabasco,
Oaxaca, Estado de México y Distrito Federal. Con el trabajo se identificó
que los hijos de obreros y campesinos prevalecen un conocimiento más limitado
de la conformación del poder y de la función del Poder Legislativo. Por el
contrario, los hijos de profesionistas libres y empresarios, cuentan con mayor
información, así como de posibilidades para juzgar la vida política del país.
El
autor plantea que la escuela es un factor que moldea la formación de actitudes
favorables hacia diversas figuras e instituciones que intervienen en la vida
política del país.
En
la primera década del siglo XXI se promueve el desarrollo de pruebas nacionales
que buscan explorar el nivel de dominio que los alumnos de los contenidos
(INEE) desarrolla los Exámenes de Calidad y Logro Educativo (Excale), y la
SEP crea la Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares
(ENLACE).
Consideraciones
finales
La
evaluación en el ámbito de la formación cívica y ética inicia, con el estudio
de Almond y Verba (1963), y la exploración de aspectos tanto conceptuales como
actitudinales.
Los
principales asuntos que se exploran en las evaluaciones van desde las
características del sistema político, donde se explora información sobre su
estructura y funciones básicas, hasta habilidades más complejas sobre los
rasgos que asume y requiere jugar en la consolidación de la vida democrática de
un país.
En
cuanto a los instrumentos las pruebas nacionales tienen un peso
conceptual ligado al currículo, por esta razón, uno de los retos de la
evaluación de la Formación Cívica y Ética es la consideración de otros ámbitos
de formación, a través de los cuales niños y adolescentes aprenden a
convertirse en ciudadanos y a asumir un conjunto de actitudes para desempeñarse
como tales.
La
evaluación de las competencias
Denyer,
Furnémont, Poulain y Vanloubbeeck mencionan un enfoque didáctico centrado
en las competencias en la FCyE por lo tanto la evaluación también
se centrara en ellas.
Los
aprendizajes, entonces señalaran un enfoque centrada en el producto del
aprendizaje, asimismo, se plantea que la finalidad de la evaluación debe
ser la de mejorar, corregir o reajustar el avance en el aprendizaje del alumno
y que la autoevaluación debe ser una estrategia fundamental
del proceso de evaluación.
Cuando
el objetivo de la evaluación es la toma de una decisión, es necesario que ésta
se acompañe decriterios bien explicitados y actualizados por medio
del uso de indicadores. Los criterios deben ser pertinentes,
independientes, poco numerosos y jerarquizados
Un
criterio puede ser el “portafolio” que permite hacer el seguimiento sistemático
del avance del alumno en relación con:
a)
sus producciones y resultados obtenidos en diversos tipos de exámenes,
b)
los análisis de su trabajo,
c)
calificaciones cifradas, por ejemplo, de pruebas sobre los conocimientos y
habilidades.
La
evaluación por portafolios cumple la doble función de evaluación formativa y
certificación de las competencias alcanzadas.
También
los profesores deben evaluar y reportar el progreso de los estudiantes y el
mismo debe decidir qué métodos usar para valorar el trabajo como
observaciones, pruebas, portafolios, listas de chequeo, producciones escritas y
proyectos, entre otros.
La
evaluación de competencias es buena pero a la ves tiene problemas y .Álvarez,
menciona que una “enseñanza centrada en competencias” encierra más una
aspiración que un concepto con significación clara. En la escuela, actualmente confluyen
tres grandes visiones sobre la evaluación de los aprendizajes, éstas son:
·
La evaluación de los
aprendizajes: sobresalen las formas de
evaluación en torno a pruebas o exámenes es aquella cuyo foco de atención está
puesto más en el aprendizaje que en el individuo que aprende
·
La evaluación como aprendizaje es
el enfoque que sugiere utilizar la evaluación de manera continua y sistemática
como excelente medio de formación y se basa en las corrientes psicológicas por
descubrimiento, las cuales promueven que el estudiante guiado y motivado
·
La evaluación para el
aprendizaje. Se concibe que la evaluación es un
medio para el aprendizaje y la educación escolar, en el que se dedica mucho más
tiempo a la planeación y preparación de la enseñanza e impartición de clases
que a la evaluación.
Ante
esta situación el ritmo de la enseñanza debería depender de la capacidad que
tenga para comprender el sujeto que aprende.
La evaluación
formativa es la que ocurre durante el proceso de aprendizaje; por
tanto, tendría que llevarse a cabo durante el proceso de resolución de las
tareas planteadas a los alumnos e implica evaluar el desempeño del estudiante
pensando en las estrategias que utiliza para llegar a un resultado determinado.